VIVOTECNIA. LA EXPERIMENTACIÓN ANIMAL AL DESCUBIERTO
En el año 2021 se publicaban por primera vez en el Estado español imágenes obtenidas de forma encubierta del interior de un laboratorio. Una activista había documentado durante los años 2018 y 2020 de forma completa y continuada la realidad del laboratorio de experimentación animal Vivotecnia en Madrid, generando gran conmoción en la sociedad por la crudeza de las imágenes debido al sufrimiento extremo causado a los animales. Carlota Saorsa se convertía así en la primera investigadora del Estado en documentar la experimentación animal de un laboratorio privado.
Vivotecnia es a día de hoy una entidad de relevancia dedicada a la investigación en áreas de Toxicología y Seguridad Farmacológica. Ofrece servicios en el ámbito del desarrollo preclínico a compañías farmacéuticas y biotecnológicas, así como estudios de seguridad para productos de la industria cosmética, química, agroquímica, biocidas y productos sanitarios.
Las pruebas de toxicidad implican dosificar una sustancia química en prueba para saber qué cantidad de esta es necesaria para causar daños graves, en un intento de medir lo que podría ser una dosis segura para los seres humanos. Los animales son inyectados u obligados a ingerir o inhalar cantidades crecientes de dicha sustancia buscando medir sus efectos tóxicos, entre los que se incluyen vómitos, sangrado interno, dificultad respiratoria, fiebre, pérdida de peso, letargo, problemas de piel, insuficiencia orgánica e incluso la muerte. No se proporcionan anestésicos ni alivio del dolor.
A pesar de ello, Vivotecnia indica lo siguiente en su página web: “Nuestra experimentación animal cumple con los estándares legales y es revisada por un comité ético de experimentación animal que promueve el uso de métodos alternativos, la reducción del número de animales utilizados y el refinamiento de los procedimientos experimentales”.
La industria de la experimentación animal es una de las más inaccesibles. La inmensa mayoría de la sociedad desconoce su existencia, su magnitud y todo lo que supone para los animales que son utilizados. La única manera para que la realidad de la experimentación con animales y muchas otras formas de explotación animal salgan a la luz es gracias al trabajo encubierto de activistas como Carlota Saorsa, que han tenido la oportunidad de acceder a estos espacios y han decidido no mirar hacia otro lado.
Helena Rivera (equipo de redacción de AV)
El caso Vivotecnia
El 8 de abril de 2021 salieron a la luz las imágenes del interior de Vivotecnia, un laboratorio dedicado a la investigación toxicológica y farmacéutica con sede en Madrid. El video que difundió la organización Cruelty Free International con imágenes grabadas por Carlota Saorsa entre 2018 y 2020 es parte de una investigación encubierta donde perros, cerdos, ratas, conejos y monos eran vejados y maltratados por el personal del laboratorio en el transcurso de las ya de por sí crueles prácticas a las que someten a los animales para experimentación. Golpes, movimientos bruscos, insultos, risas y desprecios que se suman a la crueldad implícita de los experimentos con animales.
Actualmente hay abierto un proceso judicial contra el laboratorio que se diluye tras el escándalo, el ruido y el foco mediático tras el impacto de la publicación de las imágenes. Mientras, Vivotecnia sigue operando con normalidad y recibiendo contratos con entidades como el CSIC, el Parc Científic de la Universitat de Barcelona o el CNIO.
Los animales siguen dentro
Han pasado casi dos años desde la publicación de esta investigación y parece que nada ha cambiado. Aunque en un principio se anunció el cese cautelar de actividad de la empresa por parte de la Comunidad de Madrid, la realidad es que los experimentos en curso continuaron y lo único que no pudo hacer Vivotecnia durante ese tiempo fue aceptar nuevos encargos. Los animales nunca salieron del laboratorio y, finalmente, se levantó el cese cautelar, permitiendo a Vivotecnia acceder a nuevas licitaciones.
Por su parte, los defensores de la experimentación animal cerraron filas para blindar al laboratorio y tratar de blanquear el negocio de la experimentación animal una vez más. No quieren que la opacidad de sus negocios se vea quebrantada por investigaciones como esta, que demuestran el desprecio a la vida y la libertad de los animales que se vive día a día en los laboratorios. Tras la publicación de las imágenes y según el ejecutivo madrileño, cuando la polémica salió a la luz había más de 880 animales dentro de Vivotecnia. 130 perros, 700 ratas y ratones y 54 conejos. Sin embargo en los videos también pudimos ver como primates y cerdos eran tratados como meros instrumentos, pero sienten dolor y miedo y tienen intereses por vivir sus vidas en paz, lejos de quienes les hacen sufrir.
Cerremos Vivotecnia por los animales
Ante esta situación, desde la Asamblea Antiespecista de Madrid hemos lanzado la campaña “Cerremos Vivotecnia, por los animales”, que pretende reactivar y sumar en la lucha contra Vivotecnia. Desde que se hizo pública la investigación, hemos venido participando en mayor o menor medida de las iniciativas que se han desarrollado contra la empresa. Ahora lanzamos esta campaña específica, queriendo hacer así una aportación más enriquecedora en este conflicto.
Nuestros objetivos consisten en reactivar la polémica surgida tras la publicación de las imágenes y agitar e incitar a la movilización a las comunidades antiespecista, animalista y a cuanta gente consigamos llegar.
El alcance y la efectividad de las propuestas de lucha que vayamos lanzando dependen en gran medida de la participación y el respaldo que obtengan. Por eso intentaremos también fomentar una cultura de la participación y de la movilización, porque entendemos que son fundamentales para conseguir objetivos concretos.
Para más información: Cerremosvivotecnia
Asamblea antiespecista de Madrid.
Investigación realizada por Carlota Saorsa.
Publicado en noviembre del 2022